Durante el otoño nuestra cocina se llena de frutas y verduras con tonos anaranjados y marrones como son las zanahorias, la patata, la castaña o el boniato.
Con la llegada del invierno crecen nuevas frutas y verduras que son resistentes al frío. ¡Descubre las frutas y verduras que hay que comer en invierno!
Es importante tener en cuenta que
los productos de temporada ayudan a nuestro cuerpo a los cambios de temperatura. Es decir, que las frutas y verduras de invierno
contienen gran cantidad de vitaminas para reforzar nuestro sistema inmunitario.
Manzana. Aunque es una fruta muy vinculada al otoño,
la manzana es un producto ideal para el invierno. Se caracteriza porque lleva
una gran cantidad de fibra y es diurética. Gracias al potasio ayuda a reducir la acumulación de líquidos, los calambres y la presión arterial elevada.
Berenjena. La berenjena
es una de las hortalizas compuesta principalmente por agua y tiene poca cantidad de grasa. Al ser un producto muy ligero, sus semillas
ayudan a regular el colesterol y al tener pocos hidratos de carbono, controla también el azúcar.
Avellana. Uno de los frutos secos más característicos es la avellana. Debemos tener en cuenta que es un
producto con un alto valor calórico, por ello tendremos que comerlo con moderación. La avellana
ayuda también a regular el colesterol y gracias a la vitamina E, conserva el buen estado de los vasos sanguíneos.
Naranja. Los cítricos son frutas estrellas del otoño y del invierno. Su alto contenido en vitamina C
ayuda a reforzar el sistema inmunitario y a absorber el hierro en las personas anémicas. Además, reduce la inflamación de la artritis reumatoide y la artrosis.
Col. Las coles son una fuente de
antioxidantes naturales y ricas en vitamina K, por lo que refuerzan el sistema óseo y el nervioso. Un dato curioso es que la col contiene más porcentaje de vitamina C que las naranjas, así pues,
ayuda a combatir cualquier infección.
El producto de temporada si se consume en el momento óptimo, contendrá mayores propiedades y beneficios. Es importante que, en cada estación del año, cambies tu despensa o nevera con los alimentos de cada estación.