El hacer deporte puede provocar una sobrecarga de radicales libres, que son moléculas que se producen en nuestro organismo debido a las reacciones biológicas que se producen en las células.
De este modo, un exceso de radicales libres puede incidir de forma negativa en la salud del deportista ya que puede afectar en su rendimiento o provocar una carga muscular excesiva.
¿Cómo un deportista puede evitar la sobrecarga de radicales libres?
La solución está en los antioxidantes de los alimentos, como la frutas y las verduras. Estos aportan
protección al sistema cardiovascular, además de llevar distintas vitaminas como la C y la E.
La vitamina C es una manera de incorporar antioxidantes para proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Esta vitamina está presente en muchísimas verduras y frutas como son la familia de los cítricos, los
pimientos, el tomate o las frutas tropicales como la piña o el mango.
La vitamina E está presente en los aceites vegetales o en los cereales. Su función es también la protección de las células.
El betacaroteno actúa como antioxidante y ayuda al organismo a producir vitamina A. La vitamina A lo que hace sobre todo es intervenir en el proceso antinflamatorio y frenar el envejecimiento. Los principales alimentos con betacaroteno son la
zanahoria, la calabaza, el melocotón o las cerezas.
Otros antioxidantes son
el selenio, que podremos encontrar en carnes y pescados principalmente o el
zinc que favorece la renovación celular y fortalece las defensas. Los alimentos ricos en zinc pueden ser los huevos o las legumbres.
Si consumes una dieta mediterránea basada en fruta, verdura, cereales, pescado y carne, seguramente no necesitarás suplementos vitamínicos, a no ser que te lo recete tu médico de cabecera. ¡Aprovecha para hacer deporte y compleméntalo siempre con una dieta saludable y equilibrada!