El Delta del Ebro es un entorno natural único, donde el arroz ha sido, desde hace siglos, mucho más que un simple cultivo. Su presencia no solo define el paisaje y la cultura local, sino que también desempeña un papel esencial en la preservación de la biodiversidad.
Un cultivo que da vida
Los campos de arroz, al estar inundados durante gran parte del año, se convierten en refugio temporal para aves migratorias y otras especies. Este entorno húmedo actúa como un ecosistema vital que favorece la reproducción y alimentación de numerosas especies. Entre ellas destacan aves como el flamenco, la garza real y el chorlitejo patinegro, que encuentran en los arrozales un hábitat seguro para descansar y alimentarse durante sus largas migraciones.
Además, estos humedales son esenciales para la reproducción de anfibios como la rana común y el sapo corredor, así como para la proliferación de insectos acuáticos que forman parte de la dieta de muchas aves, lo que fortalece la cadena alimenticia del ecosistema.
Una barrera natural frente a la salinidad
El cultivo de arroz también protege el suelo del Delta frente a la intrusión salina, un problema cada vez más acuciante debido al cambio climático y la subida del nivel del mar. Al mantener los campos inundados, se frena la salinización y se preserva la fertilidad de la tierra.
Este sistema de inundación controlada, además de garantizar la producción de arroz, crea un entorno favorable para microorganismos que contribuyen a la regeneración del suelo y a la mejora de su estructura. Esto permite que el Delta del Ebro siga siendo una de las zonas agrícolas más productivas y sostenibles del Mediterráneo.
Un legado cultural y gastronómico
El arroz no solo forma parte del paisaje del Delta, sino también de su identidad cultural y gastronómica. Las recetas tradicionales, como la
paella de marisco de Arroz Montsià, el
arroz negro o el
arroz caldoso de rape y gambas, son ejemplos de cómo este ingrediente se ha convertido en el alma de la cocina local.
En cada plato preparado con productos de
Arroz Montsià se refleja el esfuerzo y la dedicación de generaciones de agricultores que han sabido adaptarse a un entorno cambiante, respetando siempre el equilibrio natural del Delta.
Cuidar el presente para proteger el futuro
Cada grano de arroz que llega a tu mesa es fruto del esfuerzo por preservar este territorio singular. Disfrutar de los productos de Arroz Montsià es, también, contribuir a la protección del Delta y su rica vida silvestre.
Con cada cosecha, reafirmamos nuestro compromiso con la biodiversidad, la sostenibilidad y la calidad, para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de este entorno único y de un arroz excepcional.
Arroz Montsià, el arroz del Delta. Por la tierra, por la vida, por ti.