Cada otoño, cuando llega el mes de octubre, las Tierras del Ebro se convierten en el escenario de una de las celebraciones más emblemáticas del territorio: las fiestas de la siega del arroz. Una tradición que nos transporta directamente al pasado y pone en valor la cultura arrocera que ha marcado la historia y la identidad del Delta.
Durante estos días, los campos se llenan de vida con recreaciones de cómo se hacía la siega antiguamente: hombres y mujeres vestidos con ropa tradicional, hoz en mano y canciones populares que acompañan al trabajo colectivo. Todo ello nos recuerda cómo, antes de la llegada de la maquinaria, la siega era un trabajo duro pero también una experiencia comunitaria y festiva.
Además, estas celebraciones ayudan a mantener viva la memoria colectiva ya transmitir a las nuevas generaciones el orgullo por un cultivo mucho más que alimento: es patrimonio, cultura e identidad.
El proceso de segar arroz era lento y exigente. Los segadores, equipados con la hoz, doblaban la espalda durante horas para cortar los tallos que guardan los granos de arroz. Cada movimiento requería precisión y fuerza, y había que repetirlo cientos de veces hasta llenar las gavillas, que después se ataban y apilaban en el campo. Segar a mano un campo de arroz podía tardar varios días y necesitaba la participación de muchas personas. No era un trabajo fácil ni apto para todos: el calor, la humedad y la posición incómoda hacían que fuera una tarea dura, reservada a quienes estaban acostumbrados a trabajar la tierra.
Pero hoy en las fiestas de la siega encontramos más que esfuerzo: son una muestra etnográfica y también un punto de encuentro para vecinos y visitantes, con actividades culturales, danzas tradicionales, catas gastronómicas y mercados de productos locales. Y, por supuesto, arroz. ¡Mucho arroz! Una oportunidad única para vivir de cerca la autenticidad del Delta y para entender mejor el vínculo entre las personas, la tierra y el arroz.
Hoy en día, estas fiestas son una oportunidad ideal para conocer de cerca cómo se trabajaba el arroz y para entender mejor el vínculo entre la gente y el paisaje del Delta del Ebro.
Desde Arròs Montsià te animamos a venir y descubrir el Delta del Ebro y las fiestas de la siega, pues son una experiencia que combina tradición, gastronomía y paisaje, y que te hará valorar aún más cada grano de arroz del Delta del Ebro que llega a tu mesa.